Con la revolución industrial llegaron las transformaciones en las fábricas, una mayor productividad y eficacia en la elaboración de los productos. Esto trajo consigo una rápida movilización, para ello se utilizaron las máquinas de vapor por medios de transporte terrestre y marítimos.
La locomotora se inventó en 1814 por George Stephenson y en 1823 creó también el ferrocarril.
Hubo también una mejora en la maquinaria que se usaba en las fábricas, los avances tecnológicos se sumaron con el fin de obtener una mayor producción. La competencia entre los países desarrollados se dio hasta tal punto de que no quedó ningún lugar en el que no existieran estos medios de transporte.
Gracias a los medios de transporte la gente podía moverse de un lugar a otro abaratándose así los costes de los pasajes. Durante el siglo XIX mucha personas abandonaron lo rural para irse a las grandes ciudades en busca de un nivel de vida mejor. Inglaterra, EEUU y Alemania fueron los países donde más aumento la población en las ciudades.
Los talleres artesanales y manufactureros desaparecieron al no poder resistir la competencia de las grandes fábricas. Muchos propietarios cambiaron su anterior ocupación por obreros.
No había escuelas para tantos niños, las epidemias hacían que el desarrollo demográfico no creciera y a esto se le sumaba la escasez de agua.
La industria trajo consigo productos nuevos que el hombre no conocía. Se crearon nuevos objetos para uso diario, prendas de vestir, etc…
Hacia finales del siglo XIX llego la producción en serie, consistía en reducir el trabajo de los trabajadores ya que existían grupos que se dedicaban a una tarea específica.
Los medios de transporte mejoraron mucho y con ello el nivel de vida de las personas mejoró.
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